Cada vez resulta más imperioso para las empresas que piensan adquirir nuevos terrenos o instalaciones desocupadas, con la finalidad de utilizarlos para la construcción de nuevas plantas industriales, es llevar a cabo, de acuerdo a la normatividad americana, una evaluación de su estatus ambiental, llamado Environmental Site Assessment en cualquiera de sus Fases I y II, mediante la cual se checa cuidadosamente que no existan problemas de contaminación en el área y sus alrededores, mismos que pueden afectar seriamente la operación futura de la planta. A la fecha se han realizado 29 de estas evaluaciones para varias empresas americanas y nacionales que, de entrada y antes de adquirir los terrenos y desarrollar la ingeniería básica, primero se aseguran de su confiabilidad ambiental.